¿Cómo afectará el COVID a los niños?
- tgonigo
- 27 abr 2021
- 3 Min. de lectura
Esta pandemia ha supuesto, sobre todo al inicio, durante el confinamiento estricto,, que los niños hayan visto afectada su capacidad de relación con sus iguales y con los adultos y que en muchos casos el aprendizaje también se haya comprometido.
En relación con el aprendizaje escolar, esto ha sido más acusado en niños con necesidades especiales cuyas terapias se han visto interrumpidas en gran medida y en aquellos hogares con difícil acceso a las tecnologías en los que la enseñanza telemática ha sido más difícil de poder llevarse a cabo. Esta digitalización, ha supuesto un reto para todos (profesores, alumnos y padres) pero quizás sean los niños los más adaptables a estos cambios y en general, estamos viendo que no les ha generado tanta “incomodidad”. No obstante, la “presencialidad” aporta aspectos afectivos, de atención y seguimiento a las clases, y de incluso respeto y disciplina, que a día de hoy, creo que no se consiguen con las clases telemáticas.
En cuanto al estrés y a los problemas psicológicos de los niños derivados de esta situación, creo que básicamente hay que felicitar a los padres, abuelos y cuidadores, ya que con juegos, actividades y en general con su dedicación, han logrado que los niños no hayan vivido esta situación como traumática como así lo revelan algunos estudios realizados hasta la fecha.
Es difícil saber realmente la repercusión que tendrá todo esto y predecir si todo volverá a ser como antes. Lo importante es saber adaptarse a los cambios siempre con una actitud positiva y en este sentido creo que los niños nos dan siempre lecciones sobre eso.
¿Cómo pueden proteger los padres a los niños del COVID-19?
Ciertamente, como en cualquier otro aspecto de la vida, el ejemplo que den los padres a sus hijos, así como el inculcar pautas claras y realizables, es fundamental para asegurar, o al menos mejorar, el cumplimiento de las normas.
Los niños deben de ver que sus padres cumplen las normas; no se quitan la mascarilla, no organizan reuniones con mucha gente, etc. En este sentido los niños a partir de cierta edad, deben de saber que no se deben de quitar las mascarillas. Como norma general se ha establecido la edad de 6 años como edad a partir de la cual, es obligatorio el uso, pero sabemos que niños menores, son capaces de llevarla con buena adaptación a la misma, por lo que debemos de fomentar su uso, incluso en edades más tempranas a los 6 años y principalmente cuando vayan a estar en sitios cerrados, en contacto con otras personas, etc.
Es también importante insistir en el lavado de manos y en guardar la distancia en la medida de lo posible. Comentaba antes que las pautas deben de ser claras y realizables. Hay que partir de la base en que los niños deben de seguir jugando y disfrutando y eso conlleva en muchas ocasiones contacto, tocar cosas,… No podemos pretender que el niño no toque nada y que mantenga una distancia rigurosa de 2 metros con otros niños y que eso no interfiera con el juego, por eso las pautas deben de estar adaptadas a la edad del niño.
Una medida fundamental para proteger a los niños es cumplir rigurosamente los aislamientos domiciliarios tras contactos o tras pruebas positivas, además de evitar relación con múltiples círculos, intentando que los niños se “muevan” siempre en los mismos ambientes. Además hay que apelar a la responsabilidad de los padres para que en caso de existencia de síntomas compatibles con el COVID, no lleven a sus hijos a la escuela, parques, etc.
Por último, me gustaría recalcar que la pandemia no debe de suponer un obstáculo para que se sigan las recomendaciones establecidas en cuanto a vacunación y seguimiento de los controles de niño sano, que tan importantes son para prevenir enfermedades y promover la salud de nuestros niños
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